Al son de la música baila mi pincel

Hoy es lunes, día de madrugar. Están los que se levantan con la luna todavía, los que abren los ojos con el primer rayo de luz que entra por la ventana y los que aún siguen revueltos entre las sábanas retrasando la alarma del reloj. La acción se repite a lo largo de la semana hasta que llega nuestro querido viernes. El que hace que la luna guiñe un ojo a los que van por la carretera, el que despierta con optimismo y energía a los que ven los primeros destellos del sol y el que no permite que alguien retrase la alarma del reloj porque saben que les espera un gran día. Y es así como me siento yo cuando llega el viernes. Me levanto dando un salto mortal y con olor a café recién hecho me dispongo a imaginar. Conecto todos mis sentidos menos uno, ¿Saben cuál es? El más preciado para un músico. No me importa porque sé que cuando llegue el momento, no me va a fallar.  Los viernes en el bar "El Refugio", situado en el Boalo, me permiten hacer arte hasta la madrugada. No estoy sólo. Me acompañan en el escenario cantantes, artistas, improvisados, aventureros y arriesgados. Todos los viernes hay una sesión distinta, puede ser jazz, Soul o Rock&Roll. Al son de la música baila mi pincel. Los colores salen como las notas de sus guitarras y el dibujo se va creando al mismo tiempo que fluye su voz. Una verdadera fusión. Un rincón dónde mis obras también pueden brillar.  Os invito el próximo viernes para que probéis esta experiencia. Podéis ver un vídeo del "making-Off" del dibujo. ¡Os espero!